Han sido muchos los escenarios en los que hemos hecho posible la celebración de un enlace y, en Esther Conde, no ponemos barreras a la originalidad, creatividad y exclusividad. Esta vez nos trasladamos a un pueblecito escondido del Empordà, donde el banquete se celebró en una haima situada en medio de un campo de trigo que hacía que los invitados se sintieran como en una película en medio del desierto.
El aperitivo se celebró en el jardín de delante de la casa, donde se colgaron jarrones con peonias de los pinos centenarios que parecían flotar en el ambiente.
Planchas con mariscos, rincón de cervezas heladas bajo un árbol, nuestro “Bar de la esquina”… todo el conjunto respiraba aire de fiesta. Y sin olvidar a los más pequeños, les dedicamos una zona especial para ellos, con comida, mesitas y pufs a su altura.
Después de comer, a medida que se iba poniendo el sol, el color dorado del trigo se reflejaba en la haima, convirtiendo el espacio en un paisaje mágico.
Para la fiesta, se habilitó otra zona que estuvo ambientado con chillouts a base de pallets, un bar chiringuito muy apetecible y nuestro buffet de churros con chocolate.
Esther Conde