Al llegar a esta boda dibujada en sueños e idealizada, piensas que realmente los sueños se pueden cumplir. La inmensidad del mar Mediterráneo, el sol de septiembre, la brisa, todo acompañó al aperitivo de este día tan especial. Entre buffet y buffet vimos llegar a los novios saludando desde una barca decorada con flores. Espectacular.
La comida se sirvió entre los pinos y olivos de la isla y la estrella del menú fue nuestro “suquet de peix”, muy adecuado para la ocasión.
Destacamos el ramo de novia campestre en verdes y malvas a juego con el centro de mesa, de Singular Envit.
Las mejores fotos de este post son de Alejandro Moneo
Esther Conde
Catering de Barcelona
El éxito se encuentra en la perfección de los pequeños detalles.